«Cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa.» Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.
Hace un tiempo escribía sobre la importancia que tiene desarrollar buenos hábitos para ser productivos. De nada sirve utilizar métodos como GTD si no nos desprendemos primero de la mala influencia de cierto tipo de hábitos, como estar «colgados» todo el tiempo de Twitter, interrumpir nuestro trabajo en cuanto nos llega otra tarea, o sucumbir a lo fácil en lugar de estar haciendo lo importante.
Ya vimos algunas técnicas útiles, como el método Seinfeld para motivarnos y hacer seguimiento de los progresos, o el método de 5 pasos para conseguir que los hábitos se consoliden. Todo eso está muy bien, pero ¿cómo hacer para acordarte de que tienes que hacer algo, si normalmente no lo haces? La respuesta es: mediante rutinas.